Una vista que quita el aliento

Despertar cada mañana con vistas panorámicas a Salzburgo fue un verdadero lujo. Disfrutamos de un desayuno variado y delicioso que incluía opciones sin gluten, lo que fue un plus. El personal fue muy amable y servicial durante toda nuestra estancia.

El proceso de auto check-in fue un poco confuso, ya que no había nadie para guiarnos en nuestra llegada. Además, encontrar estacionamiento se volvió complicado por la falta de espacios reservados para huéspedes.

Las vistas panorámicas desde la terraza son impresionantes.

La organización del hotel fue desastrosa durante mi estancia. Al llegar, no nos informaron que debíamos llevarnos la llave, lo que nos causó un gran inconveniente. Además, el personal fue muy poco atento, ya que en más de una ocasión hubo ruido de limpieza a horas inapropiadas, lo que arruinó nuestra tranquilidad. Deberían tener más cuidado con la gestión y atención al cliente.

Las vistas eran impresionantes, despertarse cada mañana con esa panorámica de Salzburgo fue un lujo. Además, el desayuno era variado y delicioso, lo disfruté mucho. Sin embargo, el proceso de check-in fue un poco confuso y no había nadie para ayudar, lo que hizo la llegada algo difícil.

La vista panorámica de Salzburgo desde la terraza es simplemente impresionante, ideal para disfrutar durante el desayuno.

El aparcamiento puede ser complicado, especialmente al regresar por la noche cuando hay eventos en el restaurante.

Hotel-Gasthof Maria Plain tiene una decoración encantadora y acogedora, con vistas impresionantes de Salzburgo que se disfrutan desde varias áreas comunes, además de cómodas instalaciones accesibles para disfrutar del entorno natural y su belleza.

Podrían mejorar el acceso al transporte público.

Las vistas eran impresionantes, pero me costó aparcar al llegar.

Mi estancia fue mágica, con vistas espectaculares y desayunos deliciosos y variados. Nunca olvidaré la enorme ventana en el baño que iluminaba todo, fue perfecto.

Una experiencia inolvidable en la montaña

Me encantó la tranquilidad del lugar. Aunque tardé un poco en hacer el check-in, la amabilidad del personal durante mi estancia realmente lo compensó. Las vistas son impresionantes, especialmente al amanecer, y no te puedes perder el desayuno, que es exquisito. Recomiendo llegar temprano para disfrutar al máximo.